La industria automovilística no está conforme con los planes de la administración pública, que prevé encarecer aún más el automóvil.
¿Inflación? ¿A quién le importa? Sólo hay que gravar el coche de combustible aún más, eso les enseñará. En realidad, esta es una traducción poco sutil por mi parte de los planes de los funcionarios. La vida ya es muy cara, pero los funcionarios piensan que no es suficiente y se les ocurre gravar más el coche. La industria automovilística teme que esto haga que el coche sea prácticamente inasequible para los particulares.
Hace un tiempo se creó un grupo de trabajo oficial para asesorar al gabinete sobre políticas para cumplir los objetivos de emisiones. El grupo está dirigido por Laura van Geest, jefa del regulador financiero AFM. Los funcionarios se sentaron y llegaron al consejo de aumentar el bpm y prohibir la conducción de empresas con combustibles fósiles a partir de 2025. Por cierto, el bpm debería duplicarse, para que lo sepas. Así que se está utilizando el palo (prohibir) y no la zanahoria (incitar).
Naturalmente, a la asociación de fabricantes de automóviles no le hace ninguna gracia. Huub Dubbeldam, de la asociación RAI, dice en el Telegraaf que multar a los coches con motor de combustión hará que conducir un coche sea inasequible para mucha gente. Y eso que la gente necesita el coche para ir al trabajo, por ejemplo, para cuidados informales y para contactos sociales. Se podría argumentar que la calidad de vida podría entonces deteriorarse para muchas personas.
Impacto
El objetivo es reducir las emisiones, pero estas medidas en realidad harán más viejo el parque automovilístico de los Países Bajos, según la asociación del sector. Esto se debe a que seguiremos conduciendo nuestros coches más viejos durante más tiempo y compraremos coches usados en el extranjero. Obviamente, porque allí serán más baratos. En realidad, esto repercute negativamente en los objetivos que se pretenden alcanzar.
Por eso se necesitan más incentivos. Los coches eléctricos tienen que ser más atractivos y la asesoría no presta suficiente atención a esto. La Asociación RAI cree que es una oportunidad perdida.
Al Bovag tampoco le gusta el consejo. En una declaración escrita, el Bovag sostiene que la fiscalidad es demasiado parcial. En 2030, 1.600 millones de euros del total de 3.500 millones de aumento de la carga recaerán sobre los automovilistas, mientras que sólo representan el 16% de las emisiones de CO2″, afirma el Bovag. Las personas con presupuestos reducidos se verán gravemente afectadas.
Para aliviar este dolor, el grupo de trabajo sugiere mejorar el transporte público para convertirlo en una alternativa real al coche. Los planes del grupo de trabajo son opiniones, así que pueden ignorarse. El gabinete estudiará todas las opiniones y tomará una decisión. Guardamos nuestros corazones… ¿Buscas coches segunda mano? Encuentra tu próximo coche de ocasión en Crestanevada.